Yoga para adelgazar se presenta como una alternativa distinta, científica y rigurosa, para toda la gente que esta interesada en adelgazar y perder peso. Cada vez más gente esta dispuesta a abordar una nueva dieta, volver a realizar ejercicio o probar los distintos aparatos e inventos. Los innovadores o los que creen que lo han probado todo apuestan por los complementos dietéticos que les van a permitir perder peso rápido, con seguridad, sin esfuerzo y sin modificar su alimentación ni habito alguno. ¿Cual es la alternativa que propone yoga para adelgazar?
El yoga marca una clara diferencia con todos los otros métodos para adelgazar, te enfrenta a la cruda realidad, hasta que dejes de mirar a otro lado y te veas como estás, a que has llegado. Da la coincidencia que las personas que quieren adelgazar están gordas, y eso es lo primero que te darás cuenta en cuanto empieces tus clases de hatha yoga para adelgazar, ¡¡¡estas gordo!!! En cuanto empieces con la disciplina física verás que te cuesta seguir el ritmo del profesor, que sudas y resoplas, que en muchos estiramientos y asanas la barriga es un bulto que no te deja avanzar, la respiración y el corazón no dan de si...
Es tu primer día, tu primera clase de hatha yoga. Al entrar pensaste que al profesor de yoga le había pasado algo, lo vistes tan flaco, pero que va ¡esta en forma! Vaya si está en forma, lleváis ya casi una hora cambiando de postura en postura, y aunque él hace infinitamente más que cualquier alumno de la clase de yoga para adelgazar continua con la misma sonrisa que al principio. Finalmente escuchas la palabra mágica, la relajación. Alguno de los alumnos que hacen poco o nada dice “podíamos empezar algún día por la relajación”, te acuestas sobre la colchoneta y notas como el cuerpo se va relajando siguiendo la voz del profesor, se va hundiendo, pesado, pesado... y continuas escuchando su voz...
“Escucha ahora tu cuerpo, date cuenta que esta vivo. ¿Que has estado haciendo todo este tiempo? ¿Acaso piensas dejar pasar la vida una vez más? Quizás este sea el momento de darte cuenta sin contemplación de las cosas tal y como son, quizás sea un buen momento para dar un giro de dirección. Al girarte ves que el camino es cuesta arriba, y nadie lo va a hacer por ti. Más no dejes que tu ojos se centren solo en las piedras del camino que has de ascender, deja que la mirada se eleve hacia esa figura ideal que hay tras la larga cuesta ¿No sueñas a veces eres liviano y vuelas?“ Y entre palabra y palabra una alegría empieza a crecer dentro de ti, ¿mira que si este flaco va a tener razón?
El yoga marca una clara diferencia con todos los otros métodos para adelgazar, te enfrenta a la cruda realidad, hasta que dejes de mirar a otro lado y te veas como estás, a que has llegado. Da la coincidencia que las personas que quieren adelgazar están gordas, y eso es lo primero que te darás cuenta en cuanto empieces tus clases de hatha yoga para adelgazar, ¡¡¡estas gordo!!! En cuanto empieces con la disciplina física verás que te cuesta seguir el ritmo del profesor, que sudas y resoplas, que en muchos estiramientos y asanas la barriga es un bulto que no te deja avanzar, la respiración y el corazón no dan de si...
Es tu primer día, tu primera clase de hatha yoga. Al entrar pensaste que al profesor de yoga le había pasado algo, lo vistes tan flaco, pero que va ¡esta en forma! Vaya si está en forma, lleváis ya casi una hora cambiando de postura en postura, y aunque él hace infinitamente más que cualquier alumno de la clase de yoga para adelgazar continua con la misma sonrisa que al principio. Finalmente escuchas la palabra mágica, la relajación. Alguno de los alumnos que hacen poco o nada dice “podíamos empezar algún día por la relajación”, te acuestas sobre la colchoneta y notas como el cuerpo se va relajando siguiendo la voz del profesor, se va hundiendo, pesado, pesado... y continuas escuchando su voz...
“Escucha ahora tu cuerpo, date cuenta que esta vivo. ¿Que has estado haciendo todo este tiempo? ¿Acaso piensas dejar pasar la vida una vez más? Quizás este sea el momento de darte cuenta sin contemplación de las cosas tal y como son, quizás sea un buen momento para dar un giro de dirección. Al girarte ves que el camino es cuesta arriba, y nadie lo va a hacer por ti. Más no dejes que tu ojos se centren solo en las piedras del camino que has de ascender, deja que la mirada se eleve hacia esa figura ideal que hay tras la larga cuesta ¿No sueñas a veces eres liviano y vuelas?“ Y entre palabra y palabra una alegría empieza a crecer dentro de ti, ¿mira que si este flaco va a tener razón?