Las lámparas de sal del Himalaya, producen una iluminación perfecta para la interiorización durante la práctica meditación sentada o de asana de hatha yoga. La semioscuridad facilita el cambio de los sentidos de fuera a dentro y mejora la atención en los procesos internos. Los sentidos al dejar de estar bombardeados por estímulos externos pueden con mayor facilidad observar el cuerpo y lo que sucede en esos instantes en las emociones, sentimientos y pensamientos.
Los beneficios de las lámparas de sal incluyen la relajación del sistema nervioso, y el estímulo de la glándula pineal de forma directa, y secundariamente el equilibrio en las secreciones del resto de glándulas. En yogaes.com tienen una sección dedicada a las lámparas de sal, en las que destacan las rocas naturales de sal del Himalaya con un precio de 20 €, o las que están trabajadas en forma circular o en forma de triángulo por menos de 50 €.
La otra propiedad por la que son muy interesantes las lámparas de sal, es para ionizar el ambiente y mejorar los ejercicios de respiración. El mismo Van Lysebeth expone en su libro Pranayama que los iones negativos que desprende la sal del mar (o la de una lámpara) pueden estar muy relacionados con la idea de Prana, o energía sutil. Y que en los también se aumenta la vitalidad del cuerpo. La orilla del mar, los lugares montañosos y las altiplanicies son algunos de los lugares con mayor concentración de iones negativos son los que tras un breve periodo hacen sentirse frescas y renovadas a las personas. A mayor temperatura y humedad en la atmósfera más se ioniza el medio ambiente, aunque también hay que tener en cuenta que esto desgasta lentamente la lámpara de sal.
Lámparas de sal Himalaya yoga
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