Las actuales clases de yoga en Valencia y en otras ciudades, incluyen una gran oferta de estilos de yoga. El neófito al intentar elegir donde iniciar la práctica de yoga, se encuentra con un desconocimiento sobre la materia. ¿Como puede el principiante reconocer la calidad de las clases de yoga? Independientemente de la escuela de yoga y el estilo del profesor las siguientes sensaciones son indicadoras de una práctica adecuada.
Sensaciones que ayudan a observar la calidad de una sesión de hatha yoga.
Las clases de yoga revitalizan. Por muy intensa que haya sido una sesión de yoga físico no produce cansancio alguno, la sensación al terminar la clase debería ser que uno se encuentra física y anímicamente mucho mejor. Cuando la sesión de asanas es equilibrada, el practicante ha de sentirse revitalizado. Esto se debe a que la práctica de asanas y pranayama alcanzan el sistema energético o vital de la persona.
Las clases de yoga despiertan. También es necesario notar que la práctica nos conduce a un estado relajado de mayor conciencia y equilibrio. Muchas veces se confunde relajación con somnolencia y abandono. La sensación al terminar la sesión de yoga debe ser de estar más despierto o despejado, consciente, atento. Yoga es una forma de vivir despiertos, nunca un escape de la vida.
Las clases de yoga son prácticas. La práctica de técnicas de yoga es siempre imprescindible. Nunca la teoría debería desplazar la acción, el hablar mucho sobre los chakras o la iluminación no nos conduce a ello. La práctica nos disciplina y nos conduce a afrontar las situaciones diarias de una forma positiva, efectiva y responsable.
Uno o dos meses de práctica deberían ser suficientes para comprobar estas sensaciones. Si el alumno realiza los ejercicios con verdadero interés y con la actitud adecuada, observará que la vitalidad, la calma y la lucidez es una forma de vivir mejor, cualidades que no tienen porque limitarse a las “clases de yoga”.
Sensaciones que ayudan a observar la calidad de una sesión de hatha yoga.
Las clases de yoga revitalizan. Por muy intensa que haya sido una sesión de yoga físico no produce cansancio alguno, la sensación al terminar la clase debería ser que uno se encuentra física y anímicamente mucho mejor. Cuando la sesión de asanas es equilibrada, el practicante ha de sentirse revitalizado. Esto se debe a que la práctica de asanas y pranayama alcanzan el sistema energético o vital de la persona.
Las clases de yoga despiertan. También es necesario notar que la práctica nos conduce a un estado relajado de mayor conciencia y equilibrio. Muchas veces se confunde relajación con somnolencia y abandono. La sensación al terminar la sesión de yoga debe ser de estar más despierto o despejado, consciente, atento. Yoga es una forma de vivir despiertos, nunca un escape de la vida.
Las clases de yoga son prácticas. La práctica de técnicas de yoga es siempre imprescindible. Nunca la teoría debería desplazar la acción, el hablar mucho sobre los chakras o la iluminación no nos conduce a ello. La práctica nos disciplina y nos conduce a afrontar las situaciones diarias de una forma positiva, efectiva y responsable.
Uno o dos meses de práctica deberían ser suficientes para comprobar estas sensaciones. Si el alumno realiza los ejercicios con verdadero interés y con la actitud adecuada, observará que la vitalidad, la calma y la lucidez es una forma de vivir mejor, cualidades que no tienen porque limitarse a las “clases de yoga”.