Humor y yoga, no van reñidos sino al contrario. El buen humor es vital para vivir una vida alegre, sana y sin estres. Eso no quiere decir que no nos esforcemos en los ejercicios, o seamos descuidados en nuestra shadana, al contrario el buen humor parte de que vive en equilibrio y por eso rie.
El otro dia un compañero profesor de yoga me comentaba que realizando una sustitución en unas clases de yoga, en un pueblo cercano a Valencia, se encontro con un grupo un tanto "estreñio". Se referia con esta expresión a que estaban un tanto rígidos, y no se expresaban con naturalidad, sino que se mostraban tímidos respecto al profesor de yoga y especulaban en cada gesto que hiban a realizar. Según me explicó tras realizar muchas peripecias y decir tonterias sin cesar consiguio que uno de ellos se soltara y riera con verdadera naturalidad.
Hay profesionales que abogan por yoga serio y parco, donde la técnica y la disciplina priman. Tienen su parte de razón, pero considero que la expresión de la alegría y el humor son perfectamente compatibles con las diarias clases que imparto en Valencia. El Maestro de yoga, a cuyos retiros acudo frecuentemente, muestra un gran sentido del humor, y continua sonriendo mientras realiza complejas asanas de yoga. Esta forma de actuar es más espontanea, un bálsamo para la mente que lejos de centrarse en la esencia del yoga, se agarra a las técnicas y ritos externos.
El poder reir con naturalidad o expresar la voz, ayudan a liberar el diafragma y la respiración, veraderos motores de la salud física. También la risa libera la ansiedad, estimulando las endorfinas y potenciando los efectos del yoga sobre el sistema nervioso. Sin humor no hay relajación.
Por favor, borren esos rostros escuetos y la cara de poker, digan algo gracioso. Sueltense y sonrian. A pesar de todos sus esfuerzos por aparentar lo contarario, el hombre no es más espiritual que el árbol que se hiergue frente al centro de yoga. No se tomen tan en serio, el yoga si es efectivo no dejará de serlo por unas bromas. Si la persona verdaderamente cree y se esfuerza en su práctica diaria el humor será un gran compañero hacía la realización.
El otro dia un compañero profesor de yoga me comentaba que realizando una sustitución en unas clases de yoga, en un pueblo cercano a Valencia, se encontro con un grupo un tanto "estreñio". Se referia con esta expresión a que estaban un tanto rígidos, y no se expresaban con naturalidad, sino que se mostraban tímidos respecto al profesor de yoga y especulaban en cada gesto que hiban a realizar. Según me explicó tras realizar muchas peripecias y decir tonterias sin cesar consiguio que uno de ellos se soltara y riera con verdadera naturalidad.
Hay profesionales que abogan por yoga serio y parco, donde la técnica y la disciplina priman. Tienen su parte de razón, pero considero que la expresión de la alegría y el humor son perfectamente compatibles con las diarias clases que imparto en Valencia. El Maestro de yoga, a cuyos retiros acudo frecuentemente, muestra un gran sentido del humor, y continua sonriendo mientras realiza complejas asanas de yoga. Esta forma de actuar es más espontanea, un bálsamo para la mente que lejos de centrarse en la esencia del yoga, se agarra a las técnicas y ritos externos.
El poder reir con naturalidad o expresar la voz, ayudan a liberar el diafragma y la respiración, veraderos motores de la salud física. También la risa libera la ansiedad, estimulando las endorfinas y potenciando los efectos del yoga sobre el sistema nervioso. Sin humor no hay relajación.
Por favor, borren esos rostros escuetos y la cara de poker, digan algo gracioso. Sueltense y sonrian. A pesar de todos sus esfuerzos por aparentar lo contarario, el hombre no es más espiritual que el árbol que se hiergue frente al centro de yoga. No se tomen tan en serio, el yoga si es efectivo no dejará de serlo por unas bromas. Si la persona verdaderamente cree y se esfuerza en su práctica diaria el humor será un gran compañero hacía la realización.