Escoger un buen lugar para las prácticas de yoga y meditación, proporciona condiciones favorables que facilitan la concentración y relajación. Un lugar ideal es siempre la naturaleza, salir de Valencia o tu ciudad de residencia para practicar yoga en lugares donde escasee la presencia humana. Notarás que es mucho más fácil estar en calma cuando dejas de reacción a lo humano, pero si trabajas en Valencia necesitarás un lugar en la ciudad para la meditación diaria o tu sesión de estiramientos de hatha. Los centros de yoga son espacios diseñados y preparados para la práctica de yoga y meditación, sobretodo cuando estos están dedicados solo a estás prácticas de autoconocimiento y desarrollo.
Puedes conocer y practicar yoga en Valencia en dichos centros, pero quizás prefieras tener dicho espacio en tu propio hogar. Elige entonces un lugar reservado, del cual puedas disponer cuando quieras y con un espacio suficiente para sentarte en loto, o realizar las asanas. Hay practicantes que reservan una pequeña sala de la casa para su shadana diaria, los ejercicios o rutina que realizan temprano en la mañana, a mediodia, en la tarde o tras llegar a casa en la noche. El tiempo nunca es un impedimento si la motivación es suficiente.
Otros practicantes no pueden reservar un espacio solo para el yoga, pero tratan de que el lugar escogido no sea un lugar público. Quizás el dormitorio, una sala de estudios propia o una pequeña terraza pueden servirnos. Si el espacio es abierto y bien aireado será ideal para los pranayama al amanecer, pero un lugar cerrado en el que puedas meditar en oscuridad absoluta te ayudará en la práctica. Este espacio no requiere nada más. A partir de ahora es tu pequeña cueva donde acudir nieve o llueva, estés alegre, deprimido o enfurecido, el lugar que has elegido para perseverar hasta encontrar la calma de yoga y la meditación.
Puedes conocer y practicar yoga en Valencia en dichos centros, pero quizás prefieras tener dicho espacio en tu propio hogar. Elige entonces un lugar reservado, del cual puedas disponer cuando quieras y con un espacio suficiente para sentarte en loto, o realizar las asanas. Hay practicantes que reservan una pequeña sala de la casa para su shadana diaria, los ejercicios o rutina que realizan temprano en la mañana, a mediodia, en la tarde o tras llegar a casa en la noche. El tiempo nunca es un impedimento si la motivación es suficiente.
Otros practicantes no pueden reservar un espacio solo para el yoga, pero tratan de que el lugar escogido no sea un lugar público. Quizás el dormitorio, una sala de estudios propia o una pequeña terraza pueden servirnos. Si el espacio es abierto y bien aireado será ideal para los pranayama al amanecer, pero un lugar cerrado en el que puedas meditar en oscuridad absoluta te ayudará en la práctica. Este espacio no requiere nada más. A partir de ahora es tu pequeña cueva donde acudir nieve o llueva, estés alegre, deprimido o enfurecido, el lugar que has elegido para perseverar hasta encontrar la calma de yoga y la meditación.