La motivación te ayuda a adelgazar y perder en menos tiempo el mismo peso, porque una persona animada y feliz es capaz de ser muy meticulosa e insistente a la hora de realizar aquello que le interesa, de marcarse objetivos claros, y cumplir progresivamente sus resultados. Una persona motivada es aquella que tiene un objetivo a cumplir y que esta segura que va a alcanzarlo, y así lo hacen. Por si fuera poco su autoestima aumenta en cuanto ve los primeros resultados de éxito, y por ello son capaces de perder 10 kilos en 2 semanas y otros prodigios similares.
Una mujer joven se había abandonado completamente a una alimentación descabellada y sin fundamento, de forma que en unos años había engordado tanto que su volumen era el doble, y no es una metáfora. Su vientre, sus muslos, sus brazos... se había convertido en una mole humana, aunque no estaba a gusto con su cuerpo se justificaba con lo buena que estaba la comida, y cada día comía más. ¿Por qué? ¿Quien sabe? Quizás por la ansiedad de no reconocerse y no atreverse a poner punto final. Para adelgazar de una vez y para siempre hay que mirarse sin desfigurar las cosas con palabras, y admitir que lo que cuesta años de conseguir también requiere de tiempo y esfuerzo, y no se cambia en un día ni con un fugaz pensamiento lírico y echándose a dormir la siesta.
Pero un día encontró una motivación: Su boda, quiso verse guapa y guardar un buen recuerdo de su boda y su viaje de novios. Desde entonces se mentalizó e inició una dieta sencilla, en la que entre otros ajustes elimino la copiosa cena, por unas rodajas de melón y nada más. Las abundantes y tardías cenas son unos de los muchos errores que a menudo se cometen sin considerar la salud, ¿para qué comer antes de ir a dormir?, ¿qué energía necesitas? Ninguna, además comer en exceso supone alterar los ritmos naturales del cuerpo que tienden al reposo desde la puesta de sol. Este pequeño ajuste y otros cambios aconsejados por su médico especialista en dietética le ayudaron a conseguir perder nada menos que 18 kilos, en tres meses, a partir de aquí ha continuado adelgazando poco a poco, a pesar de tomarse algún que otro helado en verano. ¡Y aún quedan unos meses para el enlace!, habrá que ver si aún da un estirón final y sorprende a su futuro marido, la familia y todos los comensales el día de la boda.
Una mujer joven se había abandonado completamente a una alimentación descabellada y sin fundamento, de forma que en unos años había engordado tanto que su volumen era el doble, y no es una metáfora. Su vientre, sus muslos, sus brazos... se había convertido en una mole humana, aunque no estaba a gusto con su cuerpo se justificaba con lo buena que estaba la comida, y cada día comía más. ¿Por qué? ¿Quien sabe? Quizás por la ansiedad de no reconocerse y no atreverse a poner punto final. Para adelgazar de una vez y para siempre hay que mirarse sin desfigurar las cosas con palabras, y admitir que lo que cuesta años de conseguir también requiere de tiempo y esfuerzo, y no se cambia en un día ni con un fugaz pensamiento lírico y echándose a dormir la siesta.
Pero un día encontró una motivación: Su boda, quiso verse guapa y guardar un buen recuerdo de su boda y su viaje de novios. Desde entonces se mentalizó e inició una dieta sencilla, en la que entre otros ajustes elimino la copiosa cena, por unas rodajas de melón y nada más. Las abundantes y tardías cenas son unos de los muchos errores que a menudo se cometen sin considerar la salud, ¿para qué comer antes de ir a dormir?, ¿qué energía necesitas? Ninguna, además comer en exceso supone alterar los ritmos naturales del cuerpo que tienden al reposo desde la puesta de sol. Este pequeño ajuste y otros cambios aconsejados por su médico especialista en dietética le ayudaron a conseguir perder nada menos que 18 kilos, en tres meses, a partir de aquí ha continuado adelgazando poco a poco, a pesar de tomarse algún que otro helado en verano. ¡Y aún quedan unos meses para el enlace!, habrá que ver si aún da un estirón final y sorprende a su futuro marido, la familia y todos los comensales el día de la boda.
